domingo, 9 de diciembre de 2018

El retablo barroco de la Purísima

En el año 2007, con motivo de la restauración del magnífico retablo barroco de la Purísima -sede canónica de nuestra Cofradía-, el Instituto de Estudios Albacetenses editó la siguiente publicación que rescata su historia y el indudable valor artístico y patrimonial. Fuente: Biblioteca Digital de Albacete "Tomás Navarro Tomás". Texto: Luis Guillermo García-Saúco Beléndez.






EL RETABLO BARROCO DE LA PURÍSIMA DE ALBACETE

La restauración del retablo mayor de la Parroquia de la Purísima Concepción de Albacete debe considerarse un acontecimiento para la ciudad, ya que por la escasez de nuestro patrimonio local no conoce demasiados precedentes al respecto. Por tanto, debemos felilcitarnos por tal circunstancia que se produce merced a la sensibilidad y buen hacer de la Consejería de Cultura de nuestra región, a través de su Delegación Provincial, a los acuerdos de la Comisión Mixta, y aquí hay que citar los nombres de Llanos Moreno y Luis Enrique Martínez Galera.

Hace pocos meses, asistíamos, también, en el Museo, a la presentación de un plano de la Villa de Albacete, del año 1767 que estaba en manos privadas y ha sido adquirido por la Consejería para pasar a ser ya propiedad pública, como bien de todos. Precisamente, este importante documento gráfico y manuscrito versa sobre una circunstancia que afecta directamente a este templo de la Purísima, ya que constituye el expediente que en aquel año de 1767 el Concejo de la Villa iniciaba para que esta iglesia, que había sido regentada por la Compañía de Jesús desde principios del siglo XVIII y que en ese año se clausuraba por la Real Pragmática de Carlos III, se constituyera en ayuda de parroquia de su matriz, San Juan Bautista. Para ello, y como muestra de la extensión del barrio de la Cuesta -hoy llamamos de Carretas- se delineaba un plano de toda la población, el más antiguo que existe de nuestra ciudad, y en donde se suministran detalles de todo tipo y nos da noticia de lo que era nuestra vieja villa a mitad del siglo XVIII.

Del siglo XVIII, aunque de los primeros años de la centuria, es este retablo que hoy disfrutamos espléndidamente restaurado y al que dedicamos nuestra atención como obra de arte y marco de liturgia. Hace casi treinta años, investigando en la sección de Protocolos del Archivo Histórico Provincial, tuvimos la oportunidad de encontrar la documentación sobre este magnífico retablo, en lo relativo a su ejecución material; esto supuoso la publicación en 1978 de uno de nuestros primeros artículos en la revista Al-Basit (n.º 5), del Instituto de Estudios Albacetenses; así, bajo el título de "Dos retablos barrocos en Albacete" nos referíamos a este que hoy volvemos a tratar y al lamentablemente desaparecido de San Juan Bautista, una grandiosa máquina barroca coetánea sobre la que se abren numerosos interrogantes.

Como bien es sabido, el retablo que hoy preside nuestra iglesia de la Purísima procede del desaparecido convento de Justinianas de la Concepción que estuvo situado en la plaza del Altozano. Un monasterio fundado en 1571 por Doña Juana Ruiz de Cañabate, viuda de Antón Sánchez de Munera que con sus hijas, doncellas, iniciaron su vida conventual de Canonesas de la congregación de San Jorge in Alga, según la norma de San Lorenzo Justiniano, siendo uno de los primeros conventos fundados en España vinculados a la ciudad de Venecia. Ciertamente aquel monasterio fue próspero y se estableció en una casa-palacio blasonada del siglo XVI que conocemos por fotografías de su exterior y que después fue Delegación Provincial de Hacienda. Los escudos renacentistas de su fachada se guardan hoy en el Museo Provincial. La capilla, que en principio tuvo aquel convento fue pequeña, por lo que en 1680 se inició la construcción de un espacioso templo, que también conocemos por fotografías; de tal modo que pocos años después, concluido el mismo, se planteó la ejecución de un suntuoso retablo que es el que hoy contemplamos, como culminación del adorno de aquel edificio. Dejando aparte la descripción y estudio documental de esta pieza artística añadiremos que en esa fecha de 1702, el 22 de abril, se firmó el contrato de ejecución, ante el escribano público Pedro Gómez de la Cuesta, con el maestro de escultura y ensamblaje Francisco Montllor, que hizo baja y mejora en la subasta de la obra frente a otro maestro del mismo oficio, el valenciano Joseph Lluc, todo por siete mil quinientos reales de vellón, con un tiempo de ejecución de un año; de tal modo que el 22 de abril de 1703 la obra debería estar concluida y plantada, a falta del dorado y la policromía, que se llevaría a efecto, según otro contrato de 1708, a lo largo de otro año, por los maestros doradores valencianos, Antonio de Moya y Joseph Ychez, por la cantidad de 4.500 reales de vellón. Así, para un templo barroco recién concluido se construía un retablo de la misma línea. Sin embargo hay que advertir otros datos. En ese flamante retablo se colocaría una imagen de la Inmaculada Concepción más antigua y que habían traído en el siglo XVI las monjas desde Murcia en el momento de la fundación, para lo cual en el contrato se especificaba que habría de labrarse una peana "bien trabajada con buena hojarasca" en el nicho principal. Evidentemente, aquella imagen renacentista, quizá del escultor y arquitecto Jerónimo Quijano, el autor de las columnas de la Catedral, y que se conserva en propidad privada, contrastaba claramente con el estilo del nuevo marco barroco, por lo que años después, en 1745, la comunidad monástica encargó a Francisco Salcillo una de sus más exquisitas producciones escultóricas, una talla con idéntica advocación que en los años de la Desamortización, de 1837, volvió con las monjas al convento de Justinianas de Murcia donde se guarda, afortunadamente. Quizá sería deseable hacerle una copia para presidir de nuevo este gran retablo y sustituir la talla industrial que hoy alberga el camarín.

Como ya hemos indicado, en el siglo XIX con la nuevas ideas del Liberalismo se produjo la Desarmotización de Mendizabal -una adecuada medida teórica pero mal llevada a efecto, pues fue una desgracia para los bienes artísticos españoles y albaceteños en particular- lo que supuso el cierre del convento de Justinianas, al no alcanzar el número de religiosas previsto por la ley. Así tras diversas vicisitudes el convento quedó clausurado en 1837 y las monjas marcharon a Murcia con sus hermanas de religión, llevándose consigo la imagen titular, de Salzillo. El convento pasó a ser Delegación Provincial de Hacienda y la iglesia se abría ocasionalmente, aunque todo el conjunto era propiedad de dicha institución estatal y con ello se llega al siglo XX. El viejo conjunto conventual estaba, al parecer, en pésimas condiciones y no existía por el patrimonio el interés que pueda haber hoy, por lo que en 1935 se plantea la construcción de una nueva Delegación Provincial de Hacienda en parte de lo que habían sido huertos conventuales -donde hoy está-  y con la idea de hacer más espaciosa la plaza del Altozano. Este hecho supuso que las imágenes que guardaba el templo y tenían más devoción popular pasaran a ser donadas a otras iglesias de la ciudad, donde lamentablemente se perderían en los trágicos momentos de la Guerra Civil, y otras fueron regaladas a personas particulares. Sólo al final quedó el retablo que fue también donado a un carpintero con la condición de desmontarlo en un taller de este barrio. Hemos tenido la oportunidad de saber quién fue aquel carpintero y sabemos que se llamaba Rogelio Martínez Fernández y vivía en la calle Concepción 41, frente al lateral de la iglesia, según nos asegura una nieta del mismo. Después vino la desgraciada Guerra Civil y la destrucción del retablo que había en este templo de la Purísima que también era barroco, pero de menor calidad artística.

En 1939, aquel carpintero, Rogelio Martínez Fernández, regaló y montó en esta parroquia, con ayuda de otros, entre ellos un tal Alejandro Masip, también del barrio, el retablo que durante más de cuatro años había permanecido desarmado en la cueva-sótano de su casa. El montaje no fue perfecto, se excluyó -quizá por altura- un plinto en el ático y algunas piezas faltaron, se hicieron repintes y los barnices han oxidado, pero debemos felicitarnos de que aquella obra artística se salvara de una destrucción cierta y la memoria de aquel carpintero debe recuperarse. Hoy con esta restauración, llevada a cabo por la empresa "ALFAGÍA, Conservación de Bienes Culturales", la obra artística cobra parte de su primitivo esplendor para todos.

Independientemente de la trayectoria histórica expuesta conviene que analicemos formalmente lo que es esta singular pieza que responde estilísticamente a un barroco pleno, según los postulados establecidos a fines del siglo XVII por los Churriguera, de ahí que nuestra pieza debemos adscribirla a esta línea, a veces denostada por los viejos académicos, de churrigueresca, con un estilo lleno de hojarasca, abundancia ornamental, movida planta y uso de columnas salomónicas y estípites, donde la propia arquitectura comparte espacio y formas con la escultura y aun con la pintura; quizá la obra puede presentar incorrecciones en la ejecución pero el resultado es adecuado y notable.

El retablo consta, básicamente, de un fundamento o banco, un cuerpo principal y un ático. La planta es movida con ahuecamiento hacia el eje central en donde resalta el manifestador que tras la restauración ha vuelto a su lugar original y que se enmarca por sendas columnas salomónicas. Aquí, según la documentación, hubo un mecanismo, no conservado, que reflejaba perfectamente el gusto por la teatralidad barroca, así, en el documento de ejecución se dice: 

"...a de poner una tramoia que salga dentro del sagrario que a de ir a las manos del sacerdote para trasmudar la forma"

Del mismo se proyectó, y así lo indica el contrato de ejecución, que se "ha de haçer, por ser mas deçente, para sacar la custodia una nube y al cabo de ella un anjel y este a de sacar la custodia de dentro de el sagrario asta la mesa de altar a las manos del sacerdote y a cada lado de la custodia un angel con una vela en las manos con una cornucopia alumbrando la custodia y en dicha nube a de haver en los lados enredados cinco o seis ánjeles de cuerpo entero y otros cinco o seis serafines de vuen adorno de nubes entre ellos y acabada la procesión o funçión que se ará, el sacerdote pondrá la custodia a los hombros del anjel y se volverá dicho anjel con al decencia devida, poco a poco dentro del sagrario recojiendose todas las nubes y ánjeles a su sentir de donde salieron"

Lamentablemente este curioso mecanismo no ha llegado hasta nuestro días y en su lugar sólo hay un manifestador dorado interiormente, aunque recordamos en nuestra infancia un teloncillo con una custodia pintada.

Sobre el plinto se levanta el cuerpo principal del retablo, en cuyo centro se situa la hornacina que debió tener un discreto camarín que tuvo un "pocaporte" o telón de cierre, todo en arco de medio punto y a ambos lados sendas parejas de columnas salomónicas con "zinco muchachos de cuerpo entero en cada columna enredados de los cogollos de talla, con diferentes posturas muy garvosos y de relieve entero" y en los extremos laterales unos adecuados estípites, los primeros de este tipo que encontramos en la zona -en otros retablos posteriores, Almansa o Liétor-, ya es frecuente este tipo de soporte tan genuinamente barroco. En principio, y según el contrato, en los intercolumnios, hoy con abundante hojarasca, habrían de situarse las imágnes de talla de San Lorenzo Justiniano y Santa Teresa que después quedaron en el remate, según vemos. Sobre las columnas viene la "cornisa pincipal...toda alquitranada con sus modillones y tambanillos de buen garbo...y el tarjón de en medio -dice el contrato- tenga obligación de hazerle según está en la traza" y así de hizo.

Entre el ático o cuerpo superior y el principal, hubo originariamente una especie de plinto que se eliminó en su actual montaje, pero que se puede apreciar por una antigua fotografía donde el retablo aparece en su ubicación original. Este ático forma un gran cuerpo en medio punto, en cuyo centro se situa un lienzo con marco de orejas con la representación del Calvario, con sendas columnas salomónicas y en los extremos las tallas de San Lorenzo Justiniano y Santa Teresa de Jesús que, como hemos indicado, según el contrato, deberían ir, en origen, en los intercolumnios inferiores y que aquí habrían de colocarse, según la mencionada documentación "dos ángeles con las insignias del sol y la luna uno a cada parte en medio del mazizo de la columna", en una alusión inmaculista ("Pulcra ut luna, electa ut sol"), aunque estos no llegaron a colocarse pues en su lugar están los aludidos santos, si bien es cierto que se optó por colocar unos querubines en relieve al fondo.

Por último, un detalle: hay en la clave superior del arco un florón colgante que hoy es un simple elemento ornamental pero en el contrato se especificaba que habría de tener "ángel pendiente con una corona de laurel, una espada en la mano y en la otra una mata de olivo". Un elemento éste, que no se ha conservado, pero que también refleja hasta qué punto la teatralidad del barroco llega a su últimas consecuencias.

Este es, pues, el único retablo barroco y churrigueresco de envergadura que conserva hoy la ciudad de Albacete, hay otro rococó que apunta al neoclasicismo en la bellísima ermita de San Pedro de Matilla, en Los Llanos, que es poco conocido y de difícil acceso ya que es una propiedad privada; pero esta extraordinaria máquina de la Purísima, recuperada para todos es una riqueza a conocer en nuestra ciudad, un bien a disfrutar en lo religioso y lo estético; un punto de referencia para muchas generaciones de albaceteños, que debemos seguir conservando y cuidando para que los venideros en el tiempo puedan también disfrutar de una obra de arte barroca que en otros momentos no fue debidamente valorada y que hoy se recupera con esplendor y belleza más de trescientos años después de su ejecución; esperemos que dentro de otros trescientos con otras tecnologías, con otros ritmos de vida, con otras formas de pensamiento, otros albaceteños reparen en esta obra que les legó el pasado como signo de sensibilidad humana en todas las dimensiones.


LUIS GUILLERMO GARCÍA-SAÚCO BELÉNDEZ
Instituto de Estudios Albacetenses "Don Juan Manuel"

martes, 27 de noviembre de 2018

Fotografías de Ginés Picazo Villanueva

Nuestro agradecimiento a Ginés Picazo Villanueva por hacernos llegar estas preciosas fotografías que realizó durante la Procesión del Santo Vía Crucis en el año 2010. Continuamos ampliando el fondo documental y os animamos a seguir remitiendo recuerdos de la Cofradía.






jueves, 22 de noviembre de 2018

Mirada fotográfica de Angel Ruiz

Agradecemos la colaboración de Angel Ruiz Fernández con las dos magníficas fotografías que realizó al Cristo del Consuelo durante la exposición de retrospeciva cristífera "Triumphantes in gloria", celebrada en 2017.

Cabe reseñar la pasión que siente Angel por la Semana Santa, como hellinero cofrade y costalero de la Real Cofradía de Cristo Crucificado y Stma. Virgen de las Angustias. Ese profundo sentimiento queda reflejado en su exquisito trabajo fotográfico y de cartelería, con reconocimientos tan importantes como haber ganando el Concurso Cartel de Semana Santa en Hellín 2015 y 2016, Albacete 2017 y 2018, Cartagena 2019 otorgado recientemente.




miércoles, 21 de noviembre de 2018

Fotografía de Chema Collado

Agradecemos a nuestro amigo Chema Collado, cofrade del Santísimo Cristo de la Agonía y Ntra. Sra. de la Amargura, la espectacular y descriptiva fotografía que realizó de nuestro Cristo del Consuelo durante la Procesión del Silencio de este año.


jueves, 15 de noviembre de 2018

Recuerdo Semana Santa 1963

Seguimos ampliando nuestro archivo documental, esta vez gracias a la aportación de Agustín Avellaneda -cofrade de San Juan Evangelista-, que nos hace llegar la estampa recordatorio que se entregaba en la visita al Monumento de la Purísima durante la Semana Santa de 1963. En el anverso aparece el rostro del Santísimo Cristo del Consuelo y en el reverso las catorce estaciones del Vía Crucis. La impresión fue realizada en Gráficas Panadero de Albacete.

Os animamos a remitirnos recuerdos, apariciones en prensa, documentos y fotografías -principalmente antiguas- que iremos publicando periódicamente.



martes, 13 de noviembre de 2018

La "resurrección" del Cristo del Consuelo

Por su interés, reproducimos el artículo de Sánchez de la Rosa en su sección "El reloj de arena", publicado en el desaparecido diario La Verdad el domingo 12 de febrero de 2012, año en el que el Cristo del Consuelo fue la imagen del cartel anunciador de la Semana Santa de Albacete y que profundiza en la figura de su escultor Antonio Garrigós.


La "resurreción" del Cristo del Consuelo

La imagen del Cristo del Consuelo, protagonista de la Procesión del Silencio, ha sido elegida para el cartel anunciador de la Semana Santa de Albacete de este año, que será presentado el próximo 22, Miércoles de Ceniza, en el salón de plenos del viejo Ayuntamiento.

Al llegar este "paso" a las Carretas a medianoche, tras su salida del templo de la Purísima donde pasa el año, un estertor de oscuridad y redobles acaba con su vida. La expresión de la muerte está en sus ojos desde que lo esculpió aquel hombre bueno que se llamó Antonio Garrigós Giner, que tuvo aquí un hijo cura y quiso dejar en Albacete la huella de sus pasos, haciendo esta talla que desfila el Jueves Santo, cuando el primer día de los tres que relucen más que el sol se entrega a las tinieblas. La procesión, a las doce, con Jesús de cuerpo presente, avanza por un callejero tradicional a oscuras, sabiendo muy bien a donde va. Es todo un entierro parroquial, como los que yo veía siendo niño desde la casa de la Ñoña, mi abuela, en la calle Concepción, la mujer que mejor hacía el moño de picaporte a las muchachas que se vestían de manchegas. Entonces salían de la iglesia los cortejos fúnebres y el duelo se despedía en la calle Salamanca, siguiendo el féretro, ya solo con la familia, hasta el cementerio municipal.

Recuerdo muy bien aquellos cortejos desde el templo familiar donde fuí bautizado. Este desfile pasional, también funerario, arranca de "la Compañía", la iglesia que la gente llamaba así porque allí estuvieron los jesuitas hasta que fueron expulsados de Albacete, como en todas partes. La imagen de Garrigós cruzará otra vez el barrio obrero al final de la Cuesta bajando por la calle del Tinte hasta Teodoro Camino para seguir por la Avenida de España y después alcanzar la Plaza de Gabriel Lodares y tomar la gran ruta urbana por la Calle Ancha, recibir el homenaje floral de los tulipanes del Altozano y continuar trayecto arriba por San Agustín para volver a casa. El latido sonoro del tambor y los pasos penitentes -como prefieren llamarse estos cofrades- acompañarán en todo momento un tránsito que conmemora un tiempo de angustia y de dolor, la horas que pasan, en el filo de un viento como el de una navaja, que traspasa el alma, con los macizos de claveles en las andas para mitigar una escenografía dramática. Cuando venía Garrigós a la ciudad, ensayando el destino de su obra, solía dar un paseo por el Parque, el sitio favorito de un visitante que nunca sería forastero. Tuve ocasión de hablar muchas veces con él, desde que nos presentó su paisano Elías Ros, compañero en Radio Albacete. Rechazaba amablemente las entrevistas -"yo prefiero expresarme con el cincel"-, decía, pero era un conversador locuaz, amenísimo, que contaba anécdotas de su juventud y lo que llamaba "tostones de viejo". Un domingo, después de la misa de doce en la que coincidimos, le acompañé en su paseo. Al llegar al monumento dedicado a Saturnino López se interesó por el personaje. Le expliqué que fue un filántropo al que los albaceteños debíamos el agua, pues nos cedió el manantial de su propiedad en el paraje de los Ojos de San Jorge. No le escandalizó que yo le dijera que fue "un santo republicano", pero sí hizo un comentario sobre el agua, "que cuando falta ocasiona enormes problemas, en realidad es una lucha ancestral por su posesión, porque es imprescindible para la vida", vino a resaltar, citando la "sed bíblica" que dio lugar en la historia a grandes conflictos. Y todo el rato se lo pasó elogiando la ciudad que dijo querer como si fuera la suya. "Por algo en el pasado fuimos ciudadanos de la misma región", matizó.

El escultor, nacido en el pueblo murciano de Santomera y con un bagaje artístico notable, se dio a conocer en Albacete en 1951 en una exposición en el Casino Primitivo. Allí recibió a un grupo de personas interesadas en su trabajo para encargarle el Cristo que habría de ser una joya de nuestra imaginería de la Pasión. Entre los visitantes se encontraba su hijo, Antonio Garrigós Meseguer, que era coadjutor de la parroquia de la Purísima, y que accedió a colaborar en el proyecto, eso sí, descartando toda vinculación que tuviera algo que ver con cuestiones económicas o comerciales. Serían los primeros contactos que culminarían con la creación de una escultura personalísima del artista que murió en Madrid, a los 80 años de edad, tras medio siglo de profesión, en 1966. Nadie que le conoció ha podido olvidar su voz cálida, su mostacho blanco, su caballerosidad. Nos dejó este crucificado que expira con las agujas del reloj municipal clavando la hora crucial y su corazón ya detenido en la eternidad, que late sin embargo, como el de su autor, en la devoción y en la memoria albaceteña. Garrigós fue uno de los artistas murcianos interesados en cultivar un arte integrado en las tradiciones locales, "plasmando en figuras y terracotas -como destacó un crítico- una mezcla de innovación y costumbrismo que gustó tanto dentro del país como fuera". Frecuentó el conocido Grupo del Café Oriental, un café céntrico de Murcia en el que se reunían en animadas tertulias distintos artistas, entre ellos el pintor Luis Garay, que sería suegro y maestro del albaceteño José Antonio Lozano. Su estilo tenía claras reminiscencias románticas y en varias obras de estilo italianizante.

Su imagen del Cristo del Consuelo, motivo de esta crónica, desfiló por primera vez en la Semana Santa de 1951, en la Procesión del Silencio, que curiosamente ya se celebraba, aunque se ignora su continuidad, en 1926. La nueva cofradía -en la que estaban vetadas la mujeres- se había fundado ese mismo año y sus miembros desfilaron sin túnica, luciendo en el pecho un crucifijo con un cordón morado.

El cartel que difundirá la imagen "resucita" en la litografía toda su patética dimensión artística, y nos permite renovar nuestra admiración por la figura inolvidable de su autor.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Al despertar del alba

Me marcharé
en este día tenso de despedidas
por el camino del este en busca del sol,
porque El, que es la primavera,
me cogerá de la mano
para que mi pie no tropiece ya por el sendero de la vida.

Me marcharé 
en este día denso de cariño
por las sendas del silencio en busca del alba,
porque El, que es la Palabra más sincera,
me ha llamado para que me siente a la mesa
del banquete que ya me tiene preparado.

Me marcharé 
en este día intenso de salvación,
por los caminos del viento en busca del día sin ocaso,
porque El, que es el camino más verdadero,
me pasará de vuestras manos a las manos del Padre
para saciarme ya del resplandor de su semblante.

Me marcharé 
en este día extenso de recuerdos
por el sendero de la muerte en busca de la vida,
porque El, que es el Buen Pastor,
me llevará a prados de hierba fresca
en donde encontraré ya alivio a todos mis cansancios.

Me marcharé 
en este día en el que ya empieza a nublarse la mente
en busca de la verdad con la lección aprendida,
porque ya solo su Palabra escrita en mi historia
será salvación para mi vida.

Me marcharé 
con la mirada clavada en la meta
hacia la que ya se dirigen mis pasos,
pues ahora que mi debilidad es más manifiesta,
sus brazos me sostienen en el sendero de la vida.

Me marcharé
en este día solo y en silencio con la lámpara encendida,
pero en los surcos de mis manos
llevaré escritos vuestros nombres
y me quedaré en el reflejo de vuestras miradas,
ahora, cuando en la noche de mi tiempo,
El ha granado para siempre en mi vida su cosecha.


José Antonio Roldán Zorrilla
Párroco de la Purísima - Consiliario de la Cofradía del Silencio

jueves, 8 de noviembre de 2018

Nuestra Cofradía en "Los Silencios de España"

Con motivo de la Cuaresma, la Hermandad del Silencio de Jaén publica cada año una preciosa y cuidada revista titulada "Humildad y Silencio". Resulta de sumo interés el capítulo denominado "Los Silencios de España", en el que se dan a conocer las Hermandades y Cofradías del Silencio que existen a lo largo de nuestro territorio nacional. 

En 2016 fue nuestra Cofradía del Silencio y Santo Vía Crucis la protagonista de esta sección, en la que colaboró Antonio Osuna remitiendo información. Queremos mostrar nuestro agradecimiento a la Hermandad del Silencio de Jaén por su mención, que a continuación reproducimos, y el detalle de enviarnos la revista. Al mismo tiempo les trasladamos nuestra más cordial enhorabuena por ser una Hermandad modélica y su trabajo bien hecho. La podéis seguir en el siguiente enlace: Silencio Jaén.



sábado, 3 de noviembre de 2018

Misa por los Cofrades Difuntos

El 14 de noviembre se va a celebrar a las 20 h. en la S. I. Catedral la Misa por los Cofrades Difuntos, presidida por el Administrador Apóstolico, D. Ciriaco Benavente y el acompañamiento musical del quinteto de viento "Sembrando Vientos".

Durante el acto los nuevos miembros en la Junta de Cofradías jurarán su pertenecia y se hará el traspaso del estandarte de la Junta de Cofradías entre la Real e Ilustre Esclavitud de Ntro. Padre Jesús de Medinaceli y la Congregación Cofradia de Ntra. Sra. de las Angustias.

Os animamos a todos los cofrades y amigos de la Semana Santa a que nos acompañéis.


martes, 25 de septiembre de 2018

Mons. D. Angel Fernández Collado, nuevo Obispo de Albacete

La Santa Sede ha anunciado a las 12 de la mañana de hoy que el Papa Francisco ha nombrado obispo de Albacete a monseñor Ángel Fernández Collado, que hasta el día de hoy era obispo auxiliar de la archidiócesis de Toledo. Así, el Papa Francisco ha aceptado la renuncia de Monseñor Ciriaco Benavente, presentada al cumplir los 75 años de edad, el pasado 3 de enero.

Monseñor Ángel Fernández Collado (Los Cerralbos, Toledo, 1952) se formó en el Seminario Mayor San Ildefonso de Toledo y cursó el Bachillerato en Teología en la Facultad Teológica del Norte de España, en Burgos, en 1977. Ese mismo año fue ordenado sacerdote en la Archidiócesis Primada por el cardenal Marcelo González. Además, en 1992 obtuvo el doctorado en Historia de la Iglesia por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Todo su ministerio sacerdotal lo ha desarrollado en Toledo, donde ha sido vicario parroquial, consiliario diocesano de Acción Católica, canónigo de la Catedral, delegado de Patrimonio, y provicario general. El 28 de junio de 2013 fue nombrado por el Papa Francisco obispo titular de Iliturgi y auxiliar de la archidiócesis de Toledo, siendo consagrado en la Catedral Primada el 15 de septiembre de 2013 por el arzobispo, Monseñor Braulio Rodríguez Plaza.

La toma de posesión de su nueva diócesis tendrá lugar el próximo 17 de noviembre en la catedral de San Juan Bautista de Albacete.

La Cofradía del Silencio y Santo Vía Crucis expresa su más cordial bienvenida a Monseñor Ángel Fernández Collado, deseando un ministerio episcopal largo y lleno de frutos. Monseñor Ciriaco Benanvente, Cofrade de Honor de la Cofradía del Silencio y Santo Vía Crucis, siempre estará con nosotros en el recuerdo imborrable de su acción pastoral. Jamás olvidaremos su cercanía y presencia, acompañando al Cristo del Consuelo en la Procesión del Silencio.


Mons. D. Angel Fernández Collado
Mons. D. Ciriaco Benavente Mateos


lunes, 23 de abril de 2018

La "Sociedad de Señoras", precursora de la Procesión del Silencio


Aportamos un testimonio más al origen de la Procesión del Silencio, esta vez extraído del interesante libro "ALBACETE ANTIGUO: LAS DEVOCIONES PERDIDAS", publicado por el Instituto de Estudios Albacetenes "Don Juan Manuel" y cuya autora es María Mercedes Meya Iñiguez.

La iniciativa partió como es sabido del Párroco de San Juan, Paulino Bustinza, junto a la Sociedad de Señoras, asociación esta que data de 1853, constituyéndose como "Sociedad religiosa de Señoras de Albacete dedicada a sostener el culto divino en las Iglesias de Justinianas y San Agustín de la propia Capital". 

Cuando en los años veinte la Semana Santa aún se reducía a la Procesión de los Pasos el Miércoles Santo, la del Nazareno el Viernes Santo por la mañana y la del Entierro por la tarde, y la del Resucitado el Domingo de Resurrección, a partir de 1926 resurgieron cofradías penitenciales, quedando únicamente sin encontrar cofrades el Santo Entierro, la Soledad y el Resucitado. Gracias a la labor de la Sociedad de Señoras y del Párroco de San Juan, Don Paulino Bustinza, se marcó el punto de inflexión hacia el alza con la creación de la Procesión del Silencio en marzo de 1926. A partir de las 12 de la noche del Viernes Santo desfilaron en primer lugar las señoras, bajo la presidencia de la Junta Directiva de la Dolorosa y a continuación la Imagen. Luego los nazarenos de las diferentes cofradías, siguiendo sus guiones, y seguidamente la Imagen de Nuestro Padre Jesús (Nazareno). Detrás la presidencia, y delante de ella en ambas filas, los caballeros sin túnica. Finalizaba el desfile con la presencia de una ambulancia y la Banda de la Cruz Roja, dirigida por el director de la Banda Municipal, Sr. López Varela.

lunes, 16 de abril de 2018

1926, origen de la Procesión del Silencio

Continuando con la labor de investigación sobre el origen de la Procesión del Silencio, Juan Fresneda ha conseguido a través del fondo documental del Instituto de Estudios Albacetenses y en concreto la Biblioteca Digital de Albacete "Tomás Navarro Tomás", las noticias que aparecen en "El Diario de Albacete" de marzo y abril de 1926, donde se constata la primera salida procesional, el 1 de abril de 1926, partiendo desde la Iglesia de San Juan Bautista a iniciativa de su cura párroco D. Paulino Bustinza y Lausen.

En la documentación consultada a través de "El Diario de Albacete" y "Defensor de Albacete", se ha podido comprobar que la Procesión del Silencio se mantuvo hasta el año 1931. Posteriormente, en el año 1941, el diario "Pueblo" también menciona la celebración de la Procesión del Silencio, no habiendo hasta la fecha más referencias hasta 1951, año fundacional de la Cofradía del Silencio y Santo Vía Crucis.

 23 de marzo 1926


LAS PROCESIONES DE SEMANA SANTA

Convocada por el párroco arcipreste señor Bustinza, se celebró ayer tarde una reunión en la sacristía de la Iglesia de San Juan, para tratar de la organización de las procesiones de Semana Santa.

Entre los reunidos hubo absoluta identificación de criterios, respecto a lo que deben ser, y seguramente serán en años venideros, estas manifestaciones del culto externo; pero este año, dado el escaso tiempo que falta, solo podrá atenderse a la organización de los elementos existentes y salida de algunas otras imágenes que no figuraban en las procesiones de años anteriores.

También se tomó el acuerdo de celebrar el día de Jueves Santo a las 12 de la noche la "procesión del silencio", estando a la disposición de los que deseen suscribirse, en la sacristía de dicha iglesia de San Juan, las listas de los señores que quieran velar en dicha noche, por turnos de media hora.

De otros detalles se trató, pero como la comisión nombrada ha de trabajar con carácter permanente en los días que faltan de mes, ya nos ocuparemos en números sucesivos de los proyectos que tiene y del trabajo que va dando por concluso, con el fin de que no carezcan de la pública asistencia.

31 de marzo 1926

Divinos Oficios de Semana Santa

Parroquia de San Juan

(...) Jueves Santo - Por la mañana, diez, el Santo Sacrificio de la Misa. Por la tarde, a las tres, el Lavatorio, predicando a continuación el sermón de Mandato el señor Cura párroco. Después Maitines y sermón de Pasión, que predicará el señor don Daniel Jover. Por la noche, a las doce, Procesión del Silencio. (...).

3 de abril 1926

Los cultos de Semana Santa

(...) Mención especial merece la procesión del silencio, celebrada por primera vez en esta capital, en la noche del Jueves Santo, cuyo éxito ha superado a toda ponderación. Para dar una idea de la concurrencia, bastará que digamos, que cuando la cabeza de la procesión se encontraba frente al edificio de la Audiencia Territorial, la presidencia no había salido aún de la iglesia de San Juan. La procesión duró tres horas, y la piedad de las damas de Albacete dio un ejemplo más de su fe acrisolada y de su espíritu de sacrificio. (...).

14 de abril 1926

De re procesional

(...) De las celebradas en la Semana Santa última, la que ha merecido el aplauso de todos ha sido la del "Silencio", por el orden con que se hizo.

Y ¿por qué se hizo con orden?

La pregunta atinada nos dará la clave de por qué las demás procesiones no son ordenadas, donde está la causa.

Tres cosas hay que distinguir en aquella procesión: pocas imágenes, (dos, Jesús Nazareno y la Dolorosa), marcha ininterrumpida de las filas y separación de hombres y mujeres en las filas, colocándose los hombres todos, sean chicos o grandes, a continuación de aquellas.

El que fueran solamente dos imágenes y no cuatro, ni cinco, ni seis, ni ocho, no hay duda que facilitó muchísimo el orden de marcha en las filas: porque es defecto muy general el pararse los que van en las filas cuando se para la imagen más próxima. Como las paradas de las imágenes no son ni pueden ser fácilmente simultaneas, sino discrecionales a merced del que es el guía o encargado, y mientras unas están paradas las otras siguen su marcha y como las filas proceden del mismo modo, de ahí los cortes y el desorden.

Es mucho lo que hay que decir para poner las cosas con toda claridad y proponer el remedio.

Continuaremos, pues, otro día.

PAULINO BUSTINZA

16 de abril 1926

De re procesional

II

Continuemos. En el artículo anterior expuse mi opinión, basada en la observación de muchos años, de que, las paradas sucesivas de las imágenes cuando estas son más de dos o tres, causan la paralización de la marcha de las filas próximas, dando lugar con ello a los cortes y al desorden.

Como en la del "silencio" no hubo más que dos imágenes, no hubo que temer cortaduras en las filas por esta causa, o en el caso de haberlas habido hubiera sido fácil el arreglo.

La otra cosa, la segunda de las tres que se distinguieron en esa procesión mencionada, fue la marcha ininterrumpida de las filas; mas claro, las filas sin solución de continuidad.

¿A qué causa se debió?. Nada más que a esta. Que las señoras, como todas las demás personas que formaron parte en la procesión, fueron obedientes a la menor indicación que se les hizo.

Ocurre en las otras, que hay mujeres y hombres que se creen con un derecho sagrado e indiscutible a colocarse donde quieren, a machar y pararse cuando se les antoja. Habiendo nada más que cuatro o seis sujetos de este jaez imposible que marche bien la procesión.

Y la otra cosa distintiva de la del "silencio" fue que los hombres todos, pequeños y mayores, fueron colocados al final, a continuación de las mujeres, sin tolerar de ningún modo que se instalasen entre ellas.

Desde luego hubo otra nota distintiva que fue el silencio que guardaron todos los que iban en las filas y el público. Sin embargo no tomo esta nota del silencio como base para discutir sobre el orden de las procesiones, por ser esta nota la característica exclusiva de esta procesión, que por algo ha de llamarse del "silencio".

De las tres notas mencionadas como distintivas, hemos de destacar la que se refiere al número de imágenes, que aún cuando influye en la marcha ordenada de una procesión el haber una o dos por las razones expuestas, como no todas las procesiones pueden ceñirse a conducir número tan limitado, no debe tomarse en consideración esa circunstancia "máxime" cuando por otro lado puede remediarse el mal causado por las paradas.

Solo he querido llamar la atención sobres estas paradas y los efectos consiguientes, cosa que se evitó en las del "silencio" y no se "puede" en las de Semana Santa como expondré más adelante.

De lo expuesto sacamos las siguientes conclusiones que contribuyen de modo principal y casi único a la marcha ordenada de las procesiones.

1ª. Que pasadas las imágenes se evite la detención de la marcha de las filas.

2ª. Que los que toman parte en ellas obedezcan a quien o quienes tienen encargo de regir la procesión, debiendo saber que no están allí para hacer lo que quieran.

3ª. Que todos los hombres vayan, o a la cabeza o atrás: jamás mezclados con las mujeres.

Continuaremos otro día.

PAULINO BUSTINZA


12 de abril 1927

LA PROCESIÓN DEL SILENCIO

Habiéndonos dejado grato recuerdo la Procesión del silencio, que se celebró el año pasado, primera vez en esta capital, y que por el orden y compostura de los que en ella tomaron parte, así como por la respetuosa actitud del público, todo Albacete puede afirmarse estuvo presente, llamó la atención produciendo justos y merecidos elogios, estábamos persuadidos de que en esta Semana Santa tendríamos la repetición de dicha procesión, como es lógico y natural, y así lo acordamos con los que llevados de plausibles entusiasmos me ayudan en estas tareas procesionales.

Mi asombro no tiene límites desde que ha llegado a mis oídos el rumor de que no habrá, por esta vez, la celebración de ese acto del culto público cristiano. Y no salgo de mi estupor porque precisamente esa fue la procesión que resultó más solemne, a pesar de su sencillez, más concurrida, más respetada, más ordenada y más...cristiana.

Es altamente vergonzoso prescindir de ella mediando los laudatorios precedentes mencionados.

Una procesión como la referida es de un efecto moral y religioso notable. El silencio, que es su característica, es una insinuante predicación que vale por muchos sermones elocuentes.

Por estas razones y no puedo menos de procurar que esa procesión se celebre, y se celebrará si el público católico de Albacete corresponde a este llamamiento.

Las mujeres de todas las clases sociales pueden y deben asistir, como lo hacen en varias capitales de provincia, algo más religiosas que esta: no tendré inconveniente en citar cuales son.

Los hombres igualmente deben asistir.

Aquellas no debieron poner dificultades para asistir por si no va esta imagen o la otra. Aun cuando es un estímulo la presencia de la imagen de devoción general , no es lo principal y sustancial en esa procesión, sino cosa secundaria aunque importante. Entendido así porque esa es la manera de entender que tiene la Iglesia en estas cosas.

Saldrá de la parroquia de San Juan a las doce de la noche del jueves, hora oficial.

PAULINO BUSTINZA



19 de abril 1927

Las procesiones

Nuestros sentimientos sinceramente cristianos padecen cada año más con el triste espectáculo de nuestras desorganizadas y antiestéticas procesiones de Semana Santa.

Las que ahora acaban de celebrarse confirman esta pésima impresión, y no vacilamos al expresar nuestra opinión de que si esto ha de continuar así, deben suprimirse tales procesiones.

La del Miércoles Santo no salió por razones que desconocemos.

La del Silencio, celebrada en la noche del Jueves Santo, resultó menos lucida y ordenada aun que la del pasado año.

Igual podemos decir de las del Viernes Santo. En la del Santo Entierro hasta el elemento oficial se retrajo en términos que se prestó a no pocos comentarios...

¿Para qué seguir?. Si no contamos aquí con un clero celoso de sus altos deberes en estas manifestaciones del culto externo; si no hay Cofradías numerosas y bien disciplinadas que acompañen a las imágenes que se exhiben en las procesiones; si todo contribuye a su falta de brillantez y solemnidad, ¿a qué conduce el ofrecer al pueblo tan modestos desfiles, impropios de una capital de provincia progresiva, culta y católica a pesar de todo?.

Mucho habría que decir, y nosotros es casi seguro que nos decidamos a abordar esta campaña, acerca de las causas que determinan el estado de cosas que comentamos en estas líneas.

Por lo pronto, conste esta franca y leal opinión nuestra, de que será preferible suprimir las procesiones a celebrarlas en la forma que hoy se hace.

Nos duele, como periodista cristianos y amantes de nuestro pueblo, llegar a esta conclusión, pero nuestra sinceridad nos obliga a exponerla claramente.

Y basta por hoy.



4 de abril 1931


La Semana Santa

Nos complace mucho consignar que en el presente año se ha celebrado las festividades de Semana Santa en Albacete con verdadero lucimiento.

Ya en nuestro número del jueves consignábamos este grato detalle, que confirmamos hoy al referirnos a la procesión del Santo Entierro celebrada anoche con brillantez extraordinaria.

En ella figuró por primera vez, causando el mejor efecto, el Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro.

Contratada por éste, formó en la procesión una escuadra de trompetas del regimiento de Caballería de María Cristina, de Aranjuez.

En la noche del Jueves Santo se celebró la procesión del Silencio, que también resultó muy ordenada. Después de anunciado, no debió variarse el itinerario de esta procesión.

Las Cofradías que existen en esta capital, y alguna nueva que se formará este año, deben preservar en la plausible actitud de actuar con todo celo en pro de la brillantez de las festividades de la Semana Mayor.



4 de abril 1931

La Semana Santa

Este año la Semana Santa en Albacete ha tenido mayor lucimiento que los anteriores, pues se han introducido valiosas innovaciones en cuantos actos se han celebrado.

El miércoles por la tarde se verificó la procesión de los Pasos, que resultó perfecta. La Hermandad de San Juan Evangelista llevó a su cabeza la banda de cornetas y tambores de Cartagena, que ha elogiado mucho el público.

Las Hermandades son este año más numerosas.

El Jueves Santo se dedicó a recorrer las estaciones. Los cultos, solemnes y muy concurridos.

Por la noche se verificó la procesión del Silencio, que deslució algo el frío reinante.

Y ayer tarde tuvo lugar la del Santo Entierro, a la que abría marcha una escuadra de la Guardia Civil y otra de trompetas del Regimiento de María Cristina, de Aranjuez.

Figuró en la procesión por vez primera, el Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro, recién formado, y que ha causado inmejorable impresión.

La Banda Municipal ha concurrido a las procesiones, al frente de su director señor Martínez. Con la reorganización dada a la Banda, ésta ha ganado mucho.

Numeroso público ha presenciado el desfile de las procesiones, que como decimos, este año resultaron bastante aceptables.

Que siga el afán de mejorarlas y se logrará que Albacete sean en este aspecto lo que debe ser.

viernes, 6 de abril de 2018

Cofradías de Albacete desde 1578

Gracias a la labor realizada por Juan José Sánchez Romero y Cesar Cortés Ponce, tras muchas horas de investigación, os mostramos los documentos "Albacete, franciscanos observantes menores de S. Francisco Autos y sentencias. S. XVII, XVIII y reales provisiones. Legajo 9.", donde se constata que la Cofradía de la Soledad se fundó el 15 de junio de 1578 y la Cofradía del Nazareno el 10 de marzo de 1607. 

Estos datos, de alto valor histórico, hasta ahora desconocidos y que se conservan en el Instituto de Estudios Albacetenses "Don Juan Manuel" (copia del Archivo Histórico Nacional sobre la Orden de S. Francisco en Albacete y su provincia), vienen a confirmar la antigüedad cofrade en Albacete, de al menos 440 años de historia y sitúan a nuestra Semana Santa como una de las más antiguas de España. Esta valiosa información ha sido publicada en la revista Jerusalén número 23, editada por la Congregación-Cofradía Ntra. Sra. de las Angustias.



Albacete, franciscanos observantes menores de S. Francisco 
Autos y sentencias S. XVII, XVIII y reales provisiones
Lejajo 9

Cabildo de la Soledad fundado a quince de junio de mil quinientos setenta y ocho años. En este cabildo se dice el Segundo Domingo de cada mes una misa cantada con Diáconos y al fin procesión claustral y acabada un responso por las ánimas de sus cofrades difuntos con la oración Deus veniaelagitor. Se dan cuatro reales de limosna por cada una.

Idem. En los cinco primeros domingos de Cuaresma por la tarde se ha de predicar y en acabado el Sermón se canta el Miserere y después procesión claustral con la imagen de Ntra. Señora y después a su capilla un responso con la oración.

Y el Viernes Santo en la tarde, se predica el Sermón del descendimiento de la cruz y acabado sale la procesión de este Convento acompañándola los religiosos repartidos en los pasos que en elle van por todo lo hecho dan de limosna ochenta y ocho reales.

Idem, el tercer día de Pascua de Resurrección celebra este cabildo las fiestas de la piedad de la Madre de Dios con misa cantada con Diáconos y procesión claustral y al fin un responso.

Idem, el día de la elección de mayordomos se dice una misa rezada en la Capilla de la Soledad, se dan dos reales de limosna.

Idem, tiene obligación de este Cabildo por cada uno de los hermanos o hermanas que murieran una misa cantada con diáconos y otra rezada en el altar de la Soledad. Dan seis reales de limosna.

Idem, por cada uno de los encomendados en este Cabildo se dice una misa cantada con diáconos en la iglesia donde se enterraba el tal difunto dan cuatro reales de limosna.

Idem, tiene la obligación este cabildo el lunes, martes y miércoles de la Semana Santa cada día de estos una misa rezada por el ánima, de Juan García de Córdoba, dan seis reales por cada una, esto dice el Libro Antiguo.

Cabildo de los Nazarenos fundado a diez de marzo de mil seiscientos siete. Este cabildo tiene por patrona la glorísima Santa María Magadalena cuya fiesta celebra a 22 de julio con primeras vísperas, misa solemne, sermón y procesión claustral llevando en ella su imagen y a lo último un responso con la oración Deus veniae lagitor dan veinisiete reales y medio.

Segunda página

Idem. El domingo después de todos los santos una misa cantada con diáconos y responso por las ánimas de los cofrades difuntos se dan de limosna cuatro reales.

Idem. Cinco miércoles de la cuaresma comenzando desde el segundo hasta el penúltimo se dice cada día de estos una misa rezada y a la tarde completas solemnes y después el miserere cantado y después procesión claustral con la santa y se canta in situ un responso por los cofrades difuntos.

Idem. El Jueves y Viernes Santo al encerrar y después de descubrir al santísimo sacramento están obligados los dichos cofrades a estar presentes con las velas encendidas.

Idem. Tiene obligación este cabildo de decir una misa cantada y otra rezada por cada uno de los cofrades que murieron en la iglesia donde se entierren, dan seis reales de limosna.

Idem. Por cada uno de los que en el se encomendaran tienen obligación de decir una misa cantada en la iglesia donde entarrara, dan cuatro reales de limosna.

Idem. Se advierte que la misma obligación tienen de decir estas misas en este convento los demás cabildos fundados en las otras iglesias por los difuntos que aquí se enterraron.

Así están puestos a la letra estos Cabildos en el libro antiguo, no está todo corriente y lo que está tiene mucha carga y poca limosna.

lunes, 2 de abril de 2018

Geli, la voz del Vía Crucis

Queremos mostrar nuestro agradecimiento a la Hermana Cofrade, Geli García Peña, por hacernos llegar un año más, con tanta alma, el momento sereno y profundo de reflexión que supone el Vía Crucis (Camino de la Cruz), reavivando en la mente y en el corazón, la actitud de amorosa entrega de Jesucristo, la petición de fe, confianza y amor, para abrazar la cruz de cada día y ser auténticos seguidores suyos.


Costaleros 2018

Otra Semana Santa anotada en nuestras vidas, otro esfuerzo y sacrificio que no ha pasado desapercibido. Para las personas que nos han visto y seguido, habéis conseguido que muchos que no lo tienen claro, hallan tenido sensaciones extrañas, viendo como esos magníficos costaleros portaban al Verdadero Protagonista de estos días. Podéis sentiros orgullosos de ser COSTALEROS DEL CRISTO DEL CONSUELO. Gracias por vuestro esfuerzo, ilusión e implicación, sin vosotros no sería posible culminar una Procesión como la que protagonizáis. Un abrazo muy especial para TODOS.

Santos Javier Martínez Gómez
Jefe de Paso


Procesión del Santo Vía Crucis, Viernes Santo, 13:00 horas, Marqués de Molins esquina Concepción. El cielo llora por nuestro Cristo del Consuelo y los Costaleros del Silencio suben sin parada alguna hasta la Parroquia de la Purísima, bajo una intensa lluvia y descendiendo el paso a pocos palmos del suelo para sortear cables. Nuestro hermano Pablo Puebla inmortaliza el momento con su cámara. Gracias a todos los Penitentes por sentir un año más en silencio la manifestación de Amor más grande.