lunes, 23 de abril de 2018

La "Sociedad de Señoras", precursora de la Procesión del Silencio


Aportamos un testimonio más al origen de la Procesión del Silencio, esta vez extraído del interesante libro "ALBACETE ANTIGUO: LAS DEVOCIONES PERDIDAS", publicado por el Instituto de Estudios Albacetenes "Don Juan Manuel" y cuya autora es María Mercedes Meya Iñiguez.

La iniciativa partió como es sabido del Párroco de San Juan, Paulino Bustinza, junto a la Sociedad de Señoras, asociación esta que data de 1853, constituyéndose como "Sociedad religiosa de Señoras de Albacete dedicada a sostener el culto divino en las Iglesias de Justinianas y San Agustín de la propia Capital". 

Cuando en los años veinte la Semana Santa aún se reducía a la Procesión de los Pasos el Miércoles Santo, la del Nazareno el Viernes Santo por la mañana y la del Entierro por la tarde, y la del Resucitado el Domingo de Resurrección, a partir de 1926 resurgieron cofradías penitenciales, quedando únicamente sin encontrar cofrades el Santo Entierro, la Soledad y el Resucitado. Gracias a la labor de la Sociedad de Señoras y del Párroco de San Juan, Don Paulino Bustinza, se marcó el punto de inflexión hacia el alza con la creación de la Procesión del Silencio en marzo de 1926. A partir de las 12 de la noche del Viernes Santo desfilaron en primer lugar las señoras, bajo la presidencia de la Junta Directiva de la Dolorosa y a continuación la Imagen. Luego los nazarenos de las diferentes cofradías, siguiendo sus guiones, y seguidamente la Imagen de Nuestro Padre Jesús (Nazareno). Detrás la presidencia, y delante de ella en ambas filas, los caballeros sin túnica. Finalizaba el desfile con la presencia de una ambulancia y la Banda de la Cruz Roja, dirigida por el director de la Banda Municipal, Sr. López Varela.