Historia


Texto extraído del libro "La Pasión de un Pueblo", editado por la Junta de Cofradías de Semana Santa de Albacete. 


El origen de esta Cofradía, se remonta al año 1951, en la que un grupo de amigos deciden su formación. La idea surgió a raíz de la visita realizada a una exposición de cultura y arte religioso, montada en el Casino Primitivo de nuestra ciudad, en la cual pudieron admirar la imagen del Santísimo Cristo del Consuelo, obra del escultor murciano D. Antonio Garrigós Giner.
 

Stmo. Cristo del Consuelo - Procesión del Silencio


Inmediatamente proponen al sacerdote coadjutor de la Parroquia de la Purísima, D. Antonio Garrigós Meseguer, hijo del escultor mencionado, la constitución de una Cofradía, para la cual tomaron como modelo las que existían de estas características en otras ciudades. El Reverendo D. Antonio Garrigós Meseguer acogió con agrado la idea, máxime tratándose de una obra de su padre. Sólo impuso una condición y ésta consistía en que él deseaba permanecer al margen en cuanto a cuestiones comerciales y económicas se refiere. No obstante, podían contar con su apoyo y colaboración para la organización de la Cofradía. 


Reunidos en la Parroquia de la Purísima un frío día de enero de 1951 y según consta en el Acta Constitucional de esta Cofradía, se procedió a la fundación de la misma bajo el nombre de "Silencio y Santo Vía Crucis" y adoptando como imagen titular la del Santísimo Cristo del Consuelo. En la misma reunión se acordó también la incorporación de las imágenes de la Virgen de la Soledad y la de San Juan. Aunque consta en acta, este hecho nunca llegó a consumarse. 


La primera Junta Directiva de la hermandad estuvo compuesta por el Presidente, D. Vicente Santamaría Merlo. Vicepresidente, D. Arturo Gotor Mestre. Secretario, D. Antonio Alcolea Ríos. Vicesecretario, D. Juan Caballero Herreros. Mayordomo, D. Antonio Cervera Herreros. Vicemayordomo, D. Francisco Manjavacas Rodríguez y los vocales, D. José López Saus, D. Eduardo Gotarredona Coll, D. Manuel Heras Montero, D. Miguel Romero, D. Ramón Bello Bañon, D. Pedro Romero Olea, D. Arsenio Fernández Fernández y D. Asensio Piqueras Martínez. 


Todos ellos, eran personas relevantes y de reconocido prestigio en la sociedad albaceteña de la época, pero no es por esto por lo que son dignas de mérito, sino por el sacrificio, ilusión y empeño mostrados, que hicieron que esta Cofradía adquiriera la seriedad, respeto y devoción popular, que aún hoy en día sigue ostentando.


En 1953, concretamente el día 13 de enero, tomó el relevo como Presidente de esta Hermandad, D. Antonio Alcolea Ríos, ya que el anterior, D. Vicente Santamaría Merlo, fue trasladado a otra ciudad por motivos laborales.


Poco a poco, la Hermandad va alcanzando nuevos objetivos. El número de cofrades va en aumento y, en consecuencia, se hace preciso elaborar unos estatutos para regir el funcionamiento de la misma. A propuesta del entonces Obispo de la Diócesis de Albacete, Monseñor D. Arturo Tabera y Araoz, se nombra un consiliario, cargo que recayó en D. José Delicado Baeza, Canónigo de la Santa Iglesia Catedral (en la actualidad es Arzobispo de Valladolid y para honor y honra de muchos albaceteños, pregonó la Semana Santa de 1998). 


La Procesión del Silencio, que se realiza en la noche del Jueves Santo, tiene como única protagonista a esta Hermandad. Sin embargo, su origen no va unido al de la fundación de la Cofradía, sino que se remonta a muchos años atrás. Concretamente nació en la noche de Jueves Santo del año 1926, por una iniciativa del entonces cura párroco de San Juan Bautista, D. Paulino Bustinza y Lausen. Al parecer era desde esta parroquia de donde partía la procesión. Aunque este hecho no es totalmente constatable, sí se puede afirmar con rotundidad que, al menos, en el año 1941 así lo hizo. Efectivamente, el diario "Pueblo" de este año, publicó que "en la noche del Jueves Santo se celebrará la Procesión del Silencio y partirá de la Parroquia de San Juan Bautista".
 
Procesión del Silencio. Foto: Juan Carlos Navarro

 
En sus comienzos, la procesión hubo de soportar momentos difíciles, con críticas por parte de un sector del público y de la prensa, quizás debido al entorno social y político de la época. Sin embargo, no se tienen más noticias de que en años posteriores continuara celebrándose esta procesión, hasta 1951, fecha de la fundación de la Cofradía y por tanto de su primera salida procesional. Así describe el episodio la prensa local: "Abría la marcha la Cruz Guía de la Cofradía de San Juan Evangelista, seguida de la bandera de la citada Cofradía; a continuación iba la Junta Directiva de esta Hermandad, sin túnicas y con medallas sobre el pecho, seguida de un buen número de cofrades. Seguía el estandarte de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía, y tras él los miembros de la nueva Cofradía del Silencio y Santo Vía Crucis, sin túnicas, llevando sobre el pecho, pendiente de un cordón morado, un bello crucifijo. Desfilan una gran cantidad de asociados, y lo hacen dentro del más perfecto orden y con un silencio impresionante. Viene después el Santísimo Cristo del Consuelo a hombros de varios cofrades, en unas andas profusamente engalanadas con flores y luces, luciendo asimismo una iluminación especial, con tonos encarnados, que resaltan la figura del Crucificado, dándole un aspecto impresionante, el silencio profundo de los cofrades y del público que presencia la procesión. Cerraba el cortejo la Presidencia de la Hermandad, en la que figuraban destacadas personalidades de Albacete, entre ellas el Alcalde de la Ciudad". 

Procesión Santo Vía Crucis año 1967

 
Como dato curioso debemos apuntar el veto impuesto a las mujeres para desfilar en esta Cofradía, si bien es cierto, que en aquella época ocurría lo mismo en la mayoría de ellas. También debemos reseñar que sus cofrades son un tanto peculiares, en el sentido de ser, y hacerse llamar, penitentes. Es una Cofradía totalmente atípica comparada con el resto.


En los últimos años esta Cofradía ha alcanzado un cierto apogeo, contando entre sus filas con cientos de penitentes -hombres y mujeres- y conservando la austeridad y acritud de antaño. La procesión, que se realiza con las luces apagadas en todo el itinerario, está impregnada de un cierto misticismo y se caracteriza principalmente por ese silencio sobrecogedor, solamente roto por el enjuto sonido de un ronco timbal, por el deslizar de las pesadas cadenas que portan algunos de sus penitentes y por el golpe cadencioso de las horquillas de sus costaleros. Sus cofrades-penitentes portan sobre sus hombros una pesada cruz, cuyo peso oscila entre los ocho y los veinticinco kilos. Por todo ello, es una de las Cofradías que mayor interés y devoción despierta en la Semana Santa de Albacete, y ha alcanzado tal notoriedad que son muchos los visitantes desplazados desde otros lugares (Almería, Madrid, Alicante, Santander, Barcelona y otras) hasta nuestra ciudad, con el único propósito de participar y hacer penitencia.
 
Penitentes Procesión del Silencio. Foto: La Cerca
 
 
La imagen del Santísimo Cristo del Consuelo ha sido restaurada en tres ocasiones. La primera por parte del escultor Rivera, en segundo lugar el artista albaceteño, D. Ramón Soriano Parra y por último Dª. Mª. Dolores Barnuevo, recuperando su policromía original. Ésta va montada sobre unas artísticas andas, elaboradas en los talleres Arquero de Albacete, alcanzando en conjunto un peso total de mil quinientos kilos, los cuales recaen en los hombros de sus ahora veinticuatro costaleros-penitentes que lo portan.
 

Procesión del Silencio. Foto: Antonio Martínez Montes


Desde su constitución, esta Cofradía jamás ha dejado de desfilar en Semana Santa, aún en condiciones meteorológicas adversas, pues precisamente ahí radica una de sus promesas para desfilar y esta circunstancia es considerada por sus penitentes como un sacrificio más.