lunes, 16 de abril de 2018

1926, origen de la Procesión del Silencio

Continuando con la labor de investigación sobre el origen de la Procesión del Silencio, Juan Fresneda ha conseguido a través del fondo documental del Instituto de Estudios Albacetenses y en concreto la Biblioteca Digital de Albacete "Tomás Navarro Tomás", las noticias que aparecen en "El Diario de Albacete" de marzo y abril de 1926, donde se constata la primera salida procesional, el 1 de abril de 1926, partiendo desde la Iglesia de San Juan Bautista a iniciativa de su cura párroco D. Paulino Bustinza y Lausen.

En la documentación consultada a través de "El Diario de Albacete" y "Defensor de Albacete", se ha podido comprobar que la Procesión del Silencio se mantuvo hasta el año 1931. Posteriormente, en el año 1941, el diario "Pueblo" también menciona la celebración de la Procesión del Silencio, no habiendo hasta la fecha más referencias hasta 1951, año fundacional de la Cofradía del Silencio y Santo Vía Crucis.

 23 de marzo 1926


LAS PROCESIONES DE SEMANA SANTA

Convocada por el párroco arcipreste señor Bustinza, se celebró ayer tarde una reunión en la sacristía de la Iglesia de San Juan, para tratar de la organización de las procesiones de Semana Santa.

Entre los reunidos hubo absoluta identificación de criterios, respecto a lo que deben ser, y seguramente serán en años venideros, estas manifestaciones del culto externo; pero este año, dado el escaso tiempo que falta, solo podrá atenderse a la organización de los elementos existentes y salida de algunas otras imágenes que no figuraban en las procesiones de años anteriores.

También se tomó el acuerdo de celebrar el día de Jueves Santo a las 12 de la noche la "procesión del silencio", estando a la disposición de los que deseen suscribirse, en la sacristía de dicha iglesia de San Juan, las listas de los señores que quieran velar en dicha noche, por turnos de media hora.

De otros detalles se trató, pero como la comisión nombrada ha de trabajar con carácter permanente en los días que faltan de mes, ya nos ocuparemos en números sucesivos de los proyectos que tiene y del trabajo que va dando por concluso, con el fin de que no carezcan de la pública asistencia.

31 de marzo 1926

Divinos Oficios de Semana Santa

Parroquia de San Juan

(...) Jueves Santo - Por la mañana, diez, el Santo Sacrificio de la Misa. Por la tarde, a las tres, el Lavatorio, predicando a continuación el sermón de Mandato el señor Cura párroco. Después Maitines y sermón de Pasión, que predicará el señor don Daniel Jover. Por la noche, a las doce, Procesión del Silencio. (...).

3 de abril 1926

Los cultos de Semana Santa

(...) Mención especial merece la procesión del silencio, celebrada por primera vez en esta capital, en la noche del Jueves Santo, cuyo éxito ha superado a toda ponderación. Para dar una idea de la concurrencia, bastará que digamos, que cuando la cabeza de la procesión se encontraba frente al edificio de la Audiencia Territorial, la presidencia no había salido aún de la iglesia de San Juan. La procesión duró tres horas, y la piedad de las damas de Albacete dio un ejemplo más de su fe acrisolada y de su espíritu de sacrificio. (...).

14 de abril 1926

De re procesional

(...) De las celebradas en la Semana Santa última, la que ha merecido el aplauso de todos ha sido la del "Silencio", por el orden con que se hizo.

Y ¿por qué se hizo con orden?

La pregunta atinada nos dará la clave de por qué las demás procesiones no son ordenadas, donde está la causa.

Tres cosas hay que distinguir en aquella procesión: pocas imágenes, (dos, Jesús Nazareno y la Dolorosa), marcha ininterrumpida de las filas y separación de hombres y mujeres en las filas, colocándose los hombres todos, sean chicos o grandes, a continuación de aquellas.

El que fueran solamente dos imágenes y no cuatro, ni cinco, ni seis, ni ocho, no hay duda que facilitó muchísimo el orden de marcha en las filas: porque es defecto muy general el pararse los que van en las filas cuando se para la imagen más próxima. Como las paradas de las imágenes no son ni pueden ser fácilmente simultaneas, sino discrecionales a merced del que es el guía o encargado, y mientras unas están paradas las otras siguen su marcha y como las filas proceden del mismo modo, de ahí los cortes y el desorden.

Es mucho lo que hay que decir para poner las cosas con toda claridad y proponer el remedio.

Continuaremos, pues, otro día.

PAULINO BUSTINZA

16 de abril 1926

De re procesional

II

Continuemos. En el artículo anterior expuse mi opinión, basada en la observación de muchos años, de que, las paradas sucesivas de las imágenes cuando estas son más de dos o tres, causan la paralización de la marcha de las filas próximas, dando lugar con ello a los cortes y al desorden.

Como en la del "silencio" no hubo más que dos imágenes, no hubo que temer cortaduras en las filas por esta causa, o en el caso de haberlas habido hubiera sido fácil el arreglo.

La otra cosa, la segunda de las tres que se distinguieron en esa procesión mencionada, fue la marcha ininterrumpida de las filas; mas claro, las filas sin solución de continuidad.

¿A qué causa se debió?. Nada más que a esta. Que las señoras, como todas las demás personas que formaron parte en la procesión, fueron obedientes a la menor indicación que se les hizo.

Ocurre en las otras, que hay mujeres y hombres que se creen con un derecho sagrado e indiscutible a colocarse donde quieren, a machar y pararse cuando se les antoja. Habiendo nada más que cuatro o seis sujetos de este jaez imposible que marche bien la procesión.

Y la otra cosa distintiva de la del "silencio" fue que los hombres todos, pequeños y mayores, fueron colocados al final, a continuación de las mujeres, sin tolerar de ningún modo que se instalasen entre ellas.

Desde luego hubo otra nota distintiva que fue el silencio que guardaron todos los que iban en las filas y el público. Sin embargo no tomo esta nota del silencio como base para discutir sobre el orden de las procesiones, por ser esta nota la característica exclusiva de esta procesión, que por algo ha de llamarse del "silencio".

De las tres notas mencionadas como distintivas, hemos de destacar la que se refiere al número de imágenes, que aún cuando influye en la marcha ordenada de una procesión el haber una o dos por las razones expuestas, como no todas las procesiones pueden ceñirse a conducir número tan limitado, no debe tomarse en consideración esa circunstancia "máxime" cuando por otro lado puede remediarse el mal causado por las paradas.

Solo he querido llamar la atención sobres estas paradas y los efectos consiguientes, cosa que se evitó en las del "silencio" y no se "puede" en las de Semana Santa como expondré más adelante.

De lo expuesto sacamos las siguientes conclusiones que contribuyen de modo principal y casi único a la marcha ordenada de las procesiones.

1ª. Que pasadas las imágenes se evite la detención de la marcha de las filas.

2ª. Que los que toman parte en ellas obedezcan a quien o quienes tienen encargo de regir la procesión, debiendo saber que no están allí para hacer lo que quieran.

3ª. Que todos los hombres vayan, o a la cabeza o atrás: jamás mezclados con las mujeres.

Continuaremos otro día.

PAULINO BUSTINZA


12 de abril 1927

LA PROCESIÓN DEL SILENCIO

Habiéndonos dejado grato recuerdo la Procesión del silencio, que se celebró el año pasado, primera vez en esta capital, y que por el orden y compostura de los que en ella tomaron parte, así como por la respetuosa actitud del público, todo Albacete puede afirmarse estuvo presente, llamó la atención produciendo justos y merecidos elogios, estábamos persuadidos de que en esta Semana Santa tendríamos la repetición de dicha procesión, como es lógico y natural, y así lo acordamos con los que llevados de plausibles entusiasmos me ayudan en estas tareas procesionales.

Mi asombro no tiene límites desde que ha llegado a mis oídos el rumor de que no habrá, por esta vez, la celebración de ese acto del culto público cristiano. Y no salgo de mi estupor porque precisamente esa fue la procesión que resultó más solemne, a pesar de su sencillez, más concurrida, más respetada, más ordenada y más...cristiana.

Es altamente vergonzoso prescindir de ella mediando los laudatorios precedentes mencionados.

Una procesión como la referida es de un efecto moral y religioso notable. El silencio, que es su característica, es una insinuante predicación que vale por muchos sermones elocuentes.

Por estas razones y no puedo menos de procurar que esa procesión se celebre, y se celebrará si el público católico de Albacete corresponde a este llamamiento.

Las mujeres de todas las clases sociales pueden y deben asistir, como lo hacen en varias capitales de provincia, algo más religiosas que esta: no tendré inconveniente en citar cuales son.

Los hombres igualmente deben asistir.

Aquellas no debieron poner dificultades para asistir por si no va esta imagen o la otra. Aun cuando es un estímulo la presencia de la imagen de devoción general , no es lo principal y sustancial en esa procesión, sino cosa secundaria aunque importante. Entendido así porque esa es la manera de entender que tiene la Iglesia en estas cosas.

Saldrá de la parroquia de San Juan a las doce de la noche del jueves, hora oficial.

PAULINO BUSTINZA



19 de abril 1927

Las procesiones

Nuestros sentimientos sinceramente cristianos padecen cada año más con el triste espectáculo de nuestras desorganizadas y antiestéticas procesiones de Semana Santa.

Las que ahora acaban de celebrarse confirman esta pésima impresión, y no vacilamos al expresar nuestra opinión de que si esto ha de continuar así, deben suprimirse tales procesiones.

La del Miércoles Santo no salió por razones que desconocemos.

La del Silencio, celebrada en la noche del Jueves Santo, resultó menos lucida y ordenada aun que la del pasado año.

Igual podemos decir de las del Viernes Santo. En la del Santo Entierro hasta el elemento oficial se retrajo en términos que se prestó a no pocos comentarios...

¿Para qué seguir?. Si no contamos aquí con un clero celoso de sus altos deberes en estas manifestaciones del culto externo; si no hay Cofradías numerosas y bien disciplinadas que acompañen a las imágenes que se exhiben en las procesiones; si todo contribuye a su falta de brillantez y solemnidad, ¿a qué conduce el ofrecer al pueblo tan modestos desfiles, impropios de una capital de provincia progresiva, culta y católica a pesar de todo?.

Mucho habría que decir, y nosotros es casi seguro que nos decidamos a abordar esta campaña, acerca de las causas que determinan el estado de cosas que comentamos en estas líneas.

Por lo pronto, conste esta franca y leal opinión nuestra, de que será preferible suprimir las procesiones a celebrarlas en la forma que hoy se hace.

Nos duele, como periodista cristianos y amantes de nuestro pueblo, llegar a esta conclusión, pero nuestra sinceridad nos obliga a exponerla claramente.

Y basta por hoy.



4 de abril 1931


La Semana Santa

Nos complace mucho consignar que en el presente año se ha celebrado las festividades de Semana Santa en Albacete con verdadero lucimiento.

Ya en nuestro número del jueves consignábamos este grato detalle, que confirmamos hoy al referirnos a la procesión del Santo Entierro celebrada anoche con brillantez extraordinaria.

En ella figuró por primera vez, causando el mejor efecto, el Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro.

Contratada por éste, formó en la procesión una escuadra de trompetas del regimiento de Caballería de María Cristina, de Aranjuez.

En la noche del Jueves Santo se celebró la procesión del Silencio, que también resultó muy ordenada. Después de anunciado, no debió variarse el itinerario de esta procesión.

Las Cofradías que existen en esta capital, y alguna nueva que se formará este año, deben preservar en la plausible actitud de actuar con todo celo en pro de la brillantez de las festividades de la Semana Mayor.



4 de abril 1931

La Semana Santa

Este año la Semana Santa en Albacete ha tenido mayor lucimiento que los anteriores, pues se han introducido valiosas innovaciones en cuantos actos se han celebrado.

El miércoles por la tarde se verificó la procesión de los Pasos, que resultó perfecta. La Hermandad de San Juan Evangelista llevó a su cabeza la banda de cornetas y tambores de Cartagena, que ha elogiado mucho el público.

Las Hermandades son este año más numerosas.

El Jueves Santo se dedicó a recorrer las estaciones. Los cultos, solemnes y muy concurridos.

Por la noche se verificó la procesión del Silencio, que deslució algo el frío reinante.

Y ayer tarde tuvo lugar la del Santo Entierro, a la que abría marcha una escuadra de la Guardia Civil y otra de trompetas del Regimiento de María Cristina, de Aranjuez.

Figuró en la procesión por vez primera, el Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro, recién formado, y que ha causado inmejorable impresión.

La Banda Municipal ha concurrido a las procesiones, al frente de su director señor Martínez. Con la reorganización dada a la Banda, ésta ha ganado mucho.

Numeroso público ha presenciado el desfile de las procesiones, que como decimos, este año resultaron bastante aceptables.

Que siga el afán de mejorarlas y se logrará que Albacete sean en este aspecto lo que debe ser.