miércoles, 1 de febrero de 2017

Diario "Albacete" marzo 1951

Tras haber consultado en el Archivo Municipal de Albacete, Juan Fresneda nos aporta estas dos noticias publicadas en el diario "Albacete" en marzo de 1951, año en el que se fundó nuestra Cofradía del Silencio y Santo Vía Crucis. Hacen mención a la constitución de la Cofradía y a la Procesión del Silencio como recuperación de una tradición desaparecida, lo que viene nuevamente a confirmar que su origen es anterior al año fundacional, posiblemente surgió en 1926, partiendo de la Parroquia de San Juan Bautista. En cualquier caso seguiremos recabando información al respecto.

Jueves, 22 de marzo 1951

Sábado, 24 de marzo 1951

LA PROCESIÓN DEL SILENCIO

Conforme estaba anunciado, y tras varios años sin celebrar, en la noche del Jueves Santo, recorrió las principales calles de nuestra ciudad la Procesión del Silencio.

Una gran cantidad de público se había estacionado en las calles del trayecto para presenciar el paso de esta procesión.

A las doce en punto de la noche se puso en marcha el cortejo, partiendo de la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción. Todas las calles por donde había de pasar el desfile procesional estaban completamente a oscuras, iluminadas solamente por el resplandor de la luna, lo que daba un carácter impresionante a esta procesión.

Habría marcha la Cruz Guión de la Cofradía de San Juan Evangelista, seguida de la bandera de la citada Cofradía; a continuación iba la Junta Directiva de esta Hermandad, sin túnicas y con medallas sobre el pecho, seguida de un buen número de cofrades. Seguía el estandarte de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía, y tras él los miembros de la nueva Cofradía del Silencio, sin túnicas, llevando sobre el pecho, pendiente de un cordón morado, un bello crucifijo. Desfilan una gran cantidad de asociados a esta Cofradía de reciente creación en Albacete, y lo hacen dentro del más perfecto orden y con un silencio impresionante. Viene después el "paso" del Santísimo Cristo titular de esta Hermandad, a hombros de varios cofrades, en unas andas profusamente engalanadas con flores y luces, luciendo así mismo una iluminación especial, en tonos encarnados, que resalta la figura del Crucificado, dándole un aspecto impresionante. El silencio profundo de los cofrades y del público que presencia el paso de la procesión, la figura del Cristo resaltando en las calles de la ciudad, solamente iluminadas por la luz de la luna, hizo de esta procesión uno de los desfiles más emotivos de esta Semana Santa de Albacete. Cerraba el cortejo la presidencia de la Hermandad, en la que figuraban destacadas personalidades de Albacete, entre ellas el Alcalde de la ciudad.

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